sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Cuántas puertas dejamos de abrir por el miedo a arriesgar?

El temor a no acertar hace que nosotros nos sintamos confusos y sin ninguna idea clara. Pensamos que nuestro futuro depende de las decisiones que tomemos en ese momento, y cada que lo pensamos nos sentimos más indefensos y solos ante el mundo. Esa situación hace que nos infravaloremos y que la confianza en nosotros desaparezca como una leve brisa de viento en otoño. 


No ser capaz de hacerlo es una sensación que experimentamos cuando creemos que nuestras metas son inalcanzables. Por ello, la seguridad hace que nuestro destino cambie, porque nuestro destino no está escrito, tú eres su autor. El futuro son las decisiones que tomemos en el presente y el pasado la oportunidad de aprender y de recordar aquellas puertas que dejaste sin abrir, teniendo la llave justo en la palma de la mano. La vida no viene con instrucciones, los errores son solo un apartado más de cosas a intentar no volver a hacer. "Todas las batallas en la vida, sirven para enseñarnos algo, inclusive aquellas que perdemos." Paulo Coelho.


Encontrarse cara a cara con el miedo de abrir esa puerta o no, hace dudar de nuestra capacidad como personas de afrontar los problemas. Por ello, el amor y la felicidad, deben de ser nuestros compañeros en todo momento, incluso cuando en el túnel veas que no hay un final, cuando no veas carteles que te indiquen que salida escoger, cuando la oscuridad de la noche se apodere de tus sueños, cuando las farolas no se enciendan,  cuando pierdas y no tengas la opción de repetirlo otra vez...


Esta pregunta tiene muchísimos ejemplos, porque cada una de las decisiones que tomamos se deben precisamente a eso, a elegir entre un si y no. No vale asomarse y mirar a través de la cerradura para saber si la opción que has elegido es la correcta. "Uno arriesga la vida cada vez  que elige, y eso lo hace libre." de la película Caballos Salvajes.

Tú no conoces el mundo, no sabes que es lo que habrá detrás de cada puerta, si será la mayor de tus alegrías o un fracaso tras otro. No puedes conocer tu destino, solamente debes afrontarlo y, en el caso de que no lo hagas  y de que el miedo y la soledad se apoderen de ti, no hay escapatoria, estarás perdido. Pero eso no ocurre, porque siempre va a haber algo de lo que te sientas realmente orgulloso y eso será capaz de echar todo lo que te rodea a un lado y abrir esa puerta.

Immanuel Kant, un filósofo alemán, señala que el valor moral de una acción no puede ser ni el miedo ni la inclinación, sino solamente que se resorte sea el respeto a la ley. Para ello sintetiza su pensamiento en tres preguntas. "¿Qué debo hacer?, ¿Qué puedo esperar?, ¿Qué me está permitido esperar?" que se resumen en una sola "¿Qué es el hombre?".

Queda prohibido

¿Qué es lo verdaderamente importante?,

Busco en mi interior la respuesta,

y me es tan difícil de encontrar.

Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.

Alfredo Cuervo Barrero.

4 comentarios:

  1. Hola María Jesús. Estoy muy de acuerdo con tu entrada. ¿Quién no se ha cerrado alguna vez en la vida una puerta por miedo? Muchas personas lo hacen, yo incluso, y tengo que añadir que bastante a menudo.
    Tenemos que aprender a superar ese miedo, hacernos valientes y conseguir la suficiente fuerza para vencer todas las adversidades y abrir todas las puertas que consideremos necesarias. Porque nos puede suceder que no habramos una puerta por miedo, pero más tarde podemos darnos cuenta de que si hubiéramos abierto aquel día que tuvimos la oportunidad aquella puerta, hoy nuestra situación podría ser muy diferente a como es en realidad.

    ResponderEliminar
  2. Hola Maria Jesús:
    Tu entrada me parece muy adecuada, me gusta el tema que as tratado y como lo has resuelto.
    Pero siempre que tomemos una decisión vamos a dejar un montón de puertas sin abrir porque solo podremos escoger una de ellas, ya sea la correcta o no!
    Un saludo:)

    ResponderEliminar
  3. Francisco, muchas gracias por valorar mi entrada. Y creo que el miedo, en muchas ocasiones es bueno, nos ayuda a no precipitarnos tanto en nuestras decisiones, a pensarlas un poco más y a saber que es lo que de verdaderamente queremos.

    ResponderEliminar
  4. Inés, muchas gracias a ti también por comentar. Como en toda decisión, siempre va a haber puertas que nos dejemos sin abrir, pero lo que yo quiero reflejar, es que debemos de saber escoger cual es la mejor en cada momento y afrontarla con las consecuencias que acarrea.Un beso :)

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.